lunes, 24 de julio de 2017

En tu boca y tu eco


El odio siempre fue más fácil que la indiferencia.

Y las ventanas siempre pueden arañarte cuando sopla el viento.

Palabras que cortan de la misma emoción.


Recuerdos del futuro que nunca tuvimos.

Como ese niño que nunca volveremos a ser.

Como ese globo que soltamos

porque quisimos verlo volar.



Las ventanas siempre traen nuevos cuentos.

Amaneceres en tu boca y tu eco.

El odio nunca fue la respuesta.


El buzón donde guardamos lo que quedó de nosotros.

El columpio donde caí por vez primera.

Esos pasos perdidos. Y encontrados.


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