lunes, 3 de julio de 2017
Crecerás y volarás
Crecerás y te llevarás contigo
toda mi inocencia, a la niña que fui.
Dejarás de querer compartirlo todo.
Toda esa luz, todos los colores.
Toda esa luz dejará de ser por mí. Para mí.
Cumplirás años. Volarás.
Tropezarás con tus dudas, tus miedos.
Me apartarás. Pero no lo hagas. Nunca.
Buscarás, saldrás a entender el mundo.
Querrás probar a qué saben los besos.
A qué sabe lo prohibido.
Vivirás y cumplirás sueños.
Dudarás de todo.
Dudarás de mí. Y de ti.
Te enfadarás.
Entenderás que la derrota puede ser un aliado.
Llorarás sin que yo pueda abrazarte.
Reirás. Amarás. Volarás.
Tendrás el mundo a tus pies.
Y serás lo que tú quieras ser. Y volarás.
Te llevarás contigo todos los abrazos.
Dejarás de dibujar y bailar conmigo.
No seré yo quien esté a tu lado a cada minuto.
Los cuentos, ahora, los leerás tú.
Me echarás de menos.
Pero saldrás a buscarte.
Me llamarás, puede,
alguna vez, pero ya serás otro.
Serás quien tienes que ser.
Abrazarás recordándome.
Conmigo siempre, pero sin mí.
Con otros. Con los tuyos.
Tendrás la felicidad que mereces.
Y te acordarás de mí cuando leas cuentos.
Me abrazarás
por mi septuagésimo cumpleaños.
Ya echo de menos leerte cuentos.
Sonreiré porque la vida te cuida.
Les contaré a tus hijos
los cuentos que te debo.
Y buscaré en tus ojos
lo que hace que todo tenga sentido.
Te cuidaré, incluso aunque no me dejes.
Incluso cuando ya no pueda. Siempre te cuidaré.
Porque esta casa tiene el color de tus dibujos.
Hay un columpio en el jardín que lleva tu altura.
Y tu nombre, tus raíces, tus recuerdos.
Nuestro nombre volará. Tu luz lo inundará todo.
Y tu risa lloverá
en cada amanecer, en cada beso.
Y en estas ramas viejas
siempre encontrarás cobijo.
Un camino. Siempre.
Para encontrarte cuando te pierdas.
Para encontrarme cuando me pierda.
Dedicado a mis sobrinos. Por volverme niña de nuevo. Y recordarme quién fui y quién quiero ser.
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