La droga
Si ya no puedes regresar a tu orilla izquierda, déjate llevar a donde sea.
Sería bueno olvidarse del brocal del pozo y aventurarse en el río subterráneo. El día de ayer se ha ido y el que tú fuiste ayer. No trates de levantar del polvo
ese amor, porque sólo levantarás jirones y sombras.
Enséñale a tu corazón a caminar de nuevo, como a un niño de meses. Te dije estas cosas y respondiste: -Es que soy la costumbre. He tomado veneno todos los días, y me hace falta.
¿Qué droga tremenda es el amor?
De: Jaime Sabines Otro recuento de poemas (1950-1991)
*foto www.jacobouzada.com
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