El frío es un adiós entre tu cuerpo y el mío.
La llave del tiempo está gastada y, casi siempre, se pierde.
Se pierde por la casa vacía, por el jardín abandonado.
Abandonado por nadie y por todos.
El frío es un te quiero que nunca dijiste.
La cama sin deshacer y el árbol caído.
Un trineo que va a ninguna parte.
Los besos que te niegas en este salón de cementerio.
El frío es tu mano vacía, la voz callada, las ganas de llorar.
Este encierro en una caja de zapatos sin cometa.
Tus latidos sin sobresaltos. Estos labios cerrados.
Lo que nunca te has permitido.
El miedo a que salga mal. El miedo a que salga bien.
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