lunes, 18 de enero de 2016

FANTASMAS


Los fantasmas son como el frío en invierno. 
De nada sirve negar su presencia.
Ofréceles un sitio en tu casa, una manta por las noches.
Dales las buenas noches para que sepan que no te dan miedo.

Acéptalos. Como las raíces a la lluvia.
Como los lunes y el reloj, como a las despedidas.
Acéptalos, aunque no los entiendas.
 Es la única forma de que no te condicionen. 
Y de dormir bien por las noches.

Fantasmas, 18 enero 2016. @pennylanebcn

viernes, 15 de enero de 2016

DESEMBARCANDO EN EL ACENTO



El humo de la vida,
a veces, desembarca en el acento.
Se atropella los martes.

Baila, descalzo de versos,
el acento. Tarda en decidir si,
tras el murmullo,
un secreto es una película antigua.

El humo de la vida que,
tras el susurro,
cabe entre la certeza
y nuestra debilidad.

Entre la certeza de que el futuro
es la semilla.

Y tú, su rastro.




* Autora del poema: @pennylanebcn
@invitameavivir Fecha boceto: diciembre 2010

viernes, 1 de enero de 2016

ARQUITECTOS DE RAÍCES

Le añado azúcar al café
y remuevo 
la vida,
cuando vivir es algo más
que un acusativo interno.


Sé que me mancho los dedos
y la cordura
cuando paso las hojas
de la arquitectura del mundo.


Lo siento.
Sigo sin encontrar qué falla
en los cimientos.


Más que los planos que hicimos.
Más que los materiales que usamos.
Dónde está lo fortuito.
Encontrar lo que viene de lejos.


Lo que inunda las venas,
con el tiempo, el número
y la persona del verbo estar.


Se nos borra
con la tormenta de barro
y los bocetos del diseño.
Destinos sin un final cerrado.


Tapados por un día a día
de adventicia,
como aquellas ideas
que se vuelven raíces.


Paseo por la ciudad,
declinándome.
Como el que flexiona
su desinencia,
su vocal o su nombre.


Todo está ahí.
El principio del mundo
Origen y causa.
El porqué que buscamos
en los poemas.
Nuestra sequía.
Nuestros brazos quemados.
Lo oscuro.


Aquí.
Donde paramos,
Donde nos sentamos.
Donde encontramos.
La lucha, la calma.
Aquí cogemos aire.
Aquí enraizamos.


Tantos arquitectos desarraigados,
eso es lo que le duele al mundo.
Tanta frontera
y señales de prohibido.


Olvidando calcular la estructura
o pensar si ir tan deprisa
nos lleva a algún lado
salvo al precipicio.


Duelen los armarios
y la comida en la basura.
Las moscas
y nuestra suerte.



Duele que todo
ocurre muy lejos.
Porque siempre
tenemos una excusa.


No puedo dormir,
excepto cuando la ciudad despierta,
preguntándome
cuál será la raíz cuadrada
que necesitamos
para ver más allá de nosotros.




*Autora @pennylanebcn @invitameavivir

Boceto publicado en 2012 en www.invitameavivir.blogspot.com