Me equivoco, ya lo sabes.
De número,
de ciudad y de estación.
De año. Me equivoco.
De color de ojos.
De remiendos con olor a nuevo.
Me equivoco porque agrietan los labios.
De año. Me equivoco.
De color de ojos.
De remiendos con olor a nuevo.
Me equivoco porque agrietan los labios.
¡No sabes cuánto!
Cada día cinco veces.
De nombre y de suelo.
De nombre y de suelo.
¿Y quién lo entiende?
Cinco veces cada estación,
Cinco veces cada estación,
cada ciudad, cada gesto.
De pedir y de esperar,
De pedir y de esperar,
me equivoco.
De cerrar los ojos
y no comerme una manzana.
De los signos de puntuación
(la pregunta no era cuando).
De respuesta.
De los signos de puntuación
(la pregunta no era cuando).
De respuesta.
De promesas y sus intentos:
como esa risa.
como esa risa.
De eso me equivoco.
Como cristal y aguamarina.
Como el otoño. Al que amas. Al que odias.
Necesitar una parada
de autobús que no existe,
Encontrarla.
De cita. De hora. Y de infierno.
De rueda de bicicleta.
De mirada, me equivoco.
De ojos y acuerdos, de futuro.
De vida y de muerte.
De recuerdos.
De mano para escribir poemas.
De tierra para plantar el hojaldre.
De marca de gafas de sol.
Sólo eso.
De mano para escribir poemas.
De tierra para plantar el hojaldre.
De marca de gafas de sol.
Sólo eso.
Confundir otoño con aguamarina.
De número,
de ciudad y de estación.
De año. Me equivoco.
De año. Me equivoco.
Equivocarse es el primer paso para aprender a equivocarse de nuevo y aprender...
ResponderEliminarCuídate.